A todos estos factores, antiguamente había que sumarle otro “factor” que, a diferencia de los anteriores, fue introducido de forma artificial. Se trata de la denominada disponibilidad selectiva (S/A), que no es más que una distorsión intencionada de la señal del sistema GPS introducida por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos con el fin de evitar la excesiva precisión de los receptores (la imprecisión adicional podía oscilar entre los 20 y 100 metros).
El motivo de este margen de error radicaba en el miedo Norteamericano de que el sistema fuese utilizado por naciones enemigas con fines poco éticos (esta es una de las razones de la imprecisión de estos sistemas en épocas hostiles, tales como una guerra). Esta imprecisión se conseguía mediante el redondeo de los datos emitidos por los satélites (con la consiguiente perdida de precisión) o variando de forma sistemática el reloj de los mismos.
Factores tales como el desarrollo de otros sistemas de localización por parte de otras naciones, la masificación del uso del GPS o, como veremos después, la introducción de sistemas digitales externos que determinaban el error cometido, propiciaron la eliminación de la disponibilidad selectiva a comienzos del nuevo siglo.
Sin embargo, siempre quedará un pequeño margen de error no intencionado a causa de los factores enumerados anteriormente.